Una de las particularidades del conejo es su gran versatilidad gastronómica. De carne blanca, jugosa, suave y baja en grasa, este animalito, tierno por un lado y exquisito por otro nos brinda en la cocina un sinfín de posibilidades y, del mismo modo, un gran abanico de nutrientes. Su carne rica en vitamina B12, en potasio y fósforo, a la vez es baja en sodio por lo que es beneficiosa para personas hipertensas. A la hora de cocinarla, el truco para que nos quede jugosa y tierna radica en la maceración. Por eso me he decantado por una receta moruna impregnada de las especias típicas del país y de maceración lenta.
Ingredientes:
1 conejo limpio y cortado
3 zanahorias grandes
2 cebollas grandes
Aceite de oliva
Un palo de canela en rama
½ cucharadita de comino molido
½ cucharadita de jengibre en polvo
½ cucharadita de cúrcuma
Un pelín de canela molida
Un pelín de pimienta molida
Una pizca de pimentón dulce
3 hojas de laurel
3 clavos
½ limón en rodajas sin la cáscara y parte blanca
Aceitunas verdes
Hojas de romero
Preparación:
En primer lugar, la noche anterior a la preparación pondremos a macerar el conejo en una mezcla de ajos machacados en mortero con un chorrito de vino blanco y la mezcla de las especias junto con las hojitas de romero y laurel. Por la mañana le daremos unas vueltas para que pille sabor por todos lados. Después freiremos en un poco aceite los trozos de conejo, sólo vuelta y vuela. Reservamos. En el mismo aceite sofreímos la cebolla en rodajas a fuego bajo. Una vez pochada incorporamos el conejo y el líquido sobrante de la maceración. Pelamos y cortamos las zanahorias en rodajas y las agregamos también. Si nos faltase líquido podemos agregar un poco de agua pero muy poca. Coceremos unos 40 minutos aproximadamente. A media cocción agregamos el medio limón en rodajas y seguimos guisándolo a fuego bajo. Cuando ya esté listo, agregamos las aceitunas y dejaremos reposar unos minutos.
Nos quedó un conejo muy tierno, la carne casi se deshacía en la boca y un sabor, en contra de lo esperado, a especias pero muy suave nada sobrecargado.
Y esta es la propuesta número 32 de nuestro Desafío en la cocina. Para ver que conejillos han cocinado el resto de participantes en el reto sólo tienen que pinchar aquí.