Pannacotta con salsa de frebuesas

      Casi sin quererlo seguimos en Italia, y con una receta típica y también sacada del blog Velocidad cuchara. Tampoco la había hecho nunca pero seguro que repetiré y repetiré porque nos ha gustado a todos. En la fotos lo he titulado pannacotta de frebuesas. Frebuesa no es una fruta nueva, que va… como ya habrán deducido es una mezcla de fresas y frambuesas. 
      También quiero aclarar que el titulo que sale en las fotos, no es del todo correcto puesto que no está hecha de estas frutas sino que la salsa es de estas frutas. Aclarado esto pasemos a la receta. Como es tan facilita he puesto versión thermo y versión tradicional. 

Ingredientes:

500 gr de nata

250 gr. de leche

150 gr. de azúcar

1 vaina de vainilla

1 sobre de gelatina neutra

Para la salsa de frebuesas:

100 gr de fresas

100 gr. de frambuesas

2 cucharadas de azúcar

Preparación:

Para hacerla en thermomix, incorporamos la nata, la leche, el azúcar y la vaina de vainilla y ponemos a 90º, velocidad cuchara, 10 minutos. Una vez cocido retiramos la vaina de vainilla e introducimos la gelatina neutra, y mezclamos a 90 º, velocidad 3 ½, durante 1 minuto. Pasado este tiempo servimos en los moldes y dejamos en la nevera hasta que enfríe.

Preparación tradicional:

Ponemos a cocer en un caso la nata, la leche, la vaina y el azúcar. Vamos removiendo y cuando hierva, incorporamos la gelatina, previamente diluida en un vasito con un poco de leche, seguimos removiendo con varillas hasta que esté disuelta. Apartamos y servimos en los moldes.

Para hacer la salsa de frebuesas, lo he hecho de la forma más artesanal posible….. lavar, y picar las frutas en un mortero y aplastar, de este modo no quedan del todo trituradas. Pasamos a un cacito y agregamos un chorrito de agua y el azúcar, removemos y calentamos un poco.

A la hora se de servir desmoldamos y acompañamos de la salsa y algunas frutas.

Explicación: (porque me apetece compartirlo)

Hace algunos días que estoy prácticamente desconectada del blog, de mis compis de desafío y del mundo en general (que exagerada ¿verdad?). La razón es muy sencilla, mi hija hacía la primera comunión y esto trae cola.          

Ella, dentro de su reducido conocimiento (el que se pueda tener a los casi 10 años) sobre el mundo y la religión ha decidido hacerla y nosotros, aunque no compartimos ciertas creencias e histoiras de la religión católica,  lo hemos aceptado, apoyado y en cierta forma “sufrido”, pero lo más importante; hemos respetado su decisión. Eso sí, quisimos que todo se quedara en un acto íntimo y familiar, donde la palabra que debía primar era sencillez, y por supuesto "austeridad" y creo que lo hemos conseguido. 

Vestido reciclado y “remasterizado” de una de sus primas, recordatorios y detallitos para la family con nuestro toque personal, fotos hechas por su mamá, muy “hippies” (por cierto). Un acontecimiento que se convirtió en lo que queríamos; un día muy especial por y para ella. 

Y por su cara de felicidad lo logramos.

Para mi niña: